lunes, 16 de febrero de 2009

Otro asalto II

Nuestro pan de cada día es que nos roben el mismo, ésta vez voy a cantarles el que tal vez fue el mas extraño de nuestros asaltos.
Siempre pretendemos llegar a otro punto de la ciudad sin un centavo encima, caminando o jalando dedo es sencillo, pero tenemos que cruzar por cada ladrón de cada sector.
Y fue por Cotocollao que vimos una larga calle en la que dijimos: "Aquí nos roban porque nos roban"; pero... ¿Qué es eso?, ah si, es un guardia, la calle entonces es sugura, tolete, chaleco antibalas, botas punta de acero, arma posiblemente; podemos seguir. ¡Qué ingenuos!.
Derrepente el guardia se nos acercó - oye loco (signo inequívoco de que te van a asaltar) apoya con una moneda-. Aceleramos el paso pero ya mencioné lo largo de la calle, nos alcanzó a poco mas de la mitad de la cuadra y tuvo el descaro de después de tomar el único dolar que teníamos de ponerse a caminar junto a nosotros y de conversar como si fuésemos grandes amigos, como si nunca nos hubiese amenazado de muerte y de varias cosas mas mientras caminaba atrás nuestro, lo único que quedaba era caminar junto a el pues notamos que era lo mas seguro. Extraño.

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